La depresión posparto
La felicidad de traer un niño al mundo puede verse oscurecida por una depresión que no avisa cuándo llega pero que afecta a la madre, y por extensión, al bebé y a toda la familia. De acuerdo con el primer Estudio sobre la depresión posparto, más de 1/3 de las madres españolas afirma sufrir depresión posparto.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto es un trastorno que puede afectar a algunas mujeres después de dar a luz. Aquellas madres que la sufren presentan sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y cansancio que incluso les impide llevar a cabo las actividades diarias del cuidado de sí mismas y del bebé.
No tiene una sola causa, sino que es consecuencia de una combinación de factores físicos y emocionales.
Justo después de dar a luz, en el puerperio inmediato, los niveles de hormonas (estrógenos y progesterona) disminuyen repentinamente, lo que provoca alteraciones químicas en todo el cuerpo que pueden generar cambios en el estado de ánimo. Además, el cansancio que implica ser madre, la recuperación del parto (y del embarazo), y la falta constante de sueño, que puede generar incomodidad física y agotamiento, son factores que pueden contribuir y agravar los síntomas de la depresión posparto.
Los principales síntomas son:
- Sentir tristeza y sensación de vacío.
- Llorar sin razón aparente.
- Sentir ansiedad y/o irritabilidad.
- Dormir en exceso o padecer insomnio.
- Tener problemas para concentrarse.
- Cambiar repentinamente de humor.
- Padecer dolores y molestias físicas (por ejemplo, tener dolores de cabeza o problemas estomacales).
- Comer demasiado o muy poco.
- Tener problemas para crear un vínculo emocional con el bebé.
- Dudar constantemente de la propia capacidad de cuidar al bebé.
¿Cuáles son las posibles causas?
Si bien un tercio de las mujeres que dan a luz tiene, en algún grado, depresión posparto, el estudio sostiene que esta cifra podría ser aún más elevada. Más del 90% de las mujeres confiesa haber sufrido síntomas comunes de la depresión posparto en el periodo del puerperio, pero desconocen el trastorno (aproximadamente el 40% de las mujeres que aún no son madres, no sabe qué es la depresión posparto).
Algunas de las posibles causas son:
- Mala regulación de la tiroides y/o padecer anemia.
- Parto traumático.
- Falta de sueño y agotamiento.
- Poca o nula ayuda del otro progenitor o familiares. Cuando una mujer al borde de la depresión tiene al lado a una pareja pasiva que no le comprende, la situación se agrava todavía más (casi el 13% de las mujeres que ha padecido este trastorno afirma no haber sentido el suficiente apoyo emocional de sus parejas).
- Ser madre primeriza.
Tratamiento
Al detectar cualquiera de los síntomas mencionados, es necesario hablar con el médico, para que pueda hacer una valoración o seguimiento. Es muy importante recibir ayuda profesional para resolver el problema y, sobre todo, es importante contar con apoyo familiar o de alguien de confianza que puedan colaborar, no solo para atender los cuidados del bebé sino para atender los de la madre.
¿Se puede prevenir?
Cada vez hay más información para conocer los síntomas de la depresión posparto y así detectarla para evitar su progresión. Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry ha concluido que entre un 10 y un 20% de las madres experimenta depresión, ansiedad, trastorno bipolar u otros síntomas en algún momento desde el embarazo hasta un año después del parto, y que la depresión posparto podría cimentarse incluso antes del nacimiento.
Las siguientes medidas pueden ayudar a crear un vínculo fuerte entre la madre y el bebé, y reducir la posibilidad de padecer una depresión posparto:
- Después del parto, la madre y el bebé deben estar juntos, preferentemente en contacto piel con piel, durante las primeras horas.
- Restringir las visitas para evitar el estrés, tanto de la madre como del bebé.
- En caso de optar por lactancia materna, que sea a demanda del bebé.
Y sobre todo, lo más importante, es pedir ayuda profesional siempre que se necesite. Es un problema que puede afectar a cualquier mujer, del que no tenemos que sentirnos avergonzadas y que, con el apoyo y la ayuda óptima se supera.