La dispareunia y el vaginismo

Hay muchas mujeres que experimentan molestias o dolor durante las relaciones sexuales en cualquiera de sus fases, es decir, durante la excitación sexual, el orgasmo o la penetración. Hay ocasiones en las que estas molestias suelen ocurrir durante una época o etapa, pero también hay mujeres que la sufren durante toda su vida. A estos problemas relacionados con la respuesta sexual se le conoce como disfunción sexual.

A pesar de ser algo de lo que cada vez se habla de manera más común, las disfunciones sexuales, además del malestar físico, generan angustia o aflicción e incluso pueden derivar en tensiones con la pareja.

Clasificación de las disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales pueden clasificarse en tres tipos:

– Trastorno de la excitación sexual.

Se caracteriza por la disminución o ausencia del interés sexual, incluidos los pensamientos o fantasías sexuales, además de la poca o nula respuesta de lubricación durante toda la actividad sexual.
– Trastornos del orgasmo

Tal y como indica su nombre, los trastornos en el orgasmo se caracterizan, no solo por no poder llegar al clímax sexual, sino también por el retraso en llegar, por su aparición de manera poco frecuente o incluso por la baja intensidad de este, incluso cuando la estimulación sexual es suficiente, o la excitación sexual es óptima.

– Trastornos por dolor
Están relacionados con la experimentación de dolor genital durante el coito. Este dolor puede ser superficial o profundo y puede llegar a hacer imposible la penetración. Además, el miedo y ansiedad previa que se siente ante la posibilidad de intentarlo puede intensificarse llegando a evitar el propio contacto sexual.

Desde Gynea, mujer sin filtros, queremos abrir una ventana y poner luz a este último tipo de disfunción sexual, a través de dos dolencias muy comunes entre las mujeres, la dispareunia y el vaginismo.

La dispareunia y el vaginismo

Estas dos disfunciones sexuales afectan, en diferentes grados, a mujeres en etapas reproductivas y post reproductivas, y suelen tener una implicación negativa en la salud sexual y la calidad de vida.

· LA DISPAREUNIA es el dolor genital persistente o recurrente que ocurre justo antes, durante o después de tener relaciones sexuales.
Este dolor puede aparecer exclusivamente durante la penetración sexual o en cada penetración no sexual, al colocar un tampón o durante una exploración ginecológica, por ejemplo, y puede ser de carácter intenso al penetrar, una sensación de ardor o molestia o un dolor punzante que puede incluso a durar horas después de la relación sexual.

Las causas físicas de la dispareunia pueden variar en función de cuándo aparece este dolor:

– El dolor durante la penetración sexual podría estar relacionado con la falta de lubricación debido a una estimulación previa insuficiente, al bajo nivel de estrógenos tras la menopausia, el parto o la lactancia. Incluso puede estar relacionada con algunos medicamentos, como los antidepresivos.

– Con lesiones, traumatismos o irritación de la zona por una cirugía pélvica, algún accidente, una circuncisión femenina o por episiotomía, es decir, la incisión que se hace en el perineo (el tejido entre la abertura vaginal y el ano) durante el parto para facilitar el nacimiento.

– Con inflamación, infección o trastorno en la piel, como las cistitis, los eccemas o la candidosis vaginal, entre otras dolencias.

– Con ciertas enfermedades como la endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica, prolapso uterino, útero retrovertido, fibromas uterinos, síndrome de colon irritable, disfunción del suelo pélvico, adenomiosis, hemorroides y quistes ováricos, entre otros.

· EL VAGINISMO es la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina y que hacen que la vagina se estreche de manera que evite la penetración sexual o no sexual, y puede ser de tipo primario (la mujer siempre ha experimentado dolor durante esta penetración) y secundario (esta contracción involuntaria aparece de repente con todas sus parejas o con una en concreto).

Dentro de sus posibles causas, aunque también pueden ser físicas, como consecuencia de una episiotomía, por ejemplo, suelen ser factores psicológicos y emocionales, como los relacionados con traumas o abusos sexuales, miedo a las relaciones sexuales, educación negativa sobre sexualidad, problemas afectivos con la pareja, problemas de salud mental, etc.

Como hemos visto, las disfunciones sexuales no solo una raíz de carácter físico, las emociones están íntimamente relacionadas con la actividad sexual, tanto en causas como en efectos, por lo que el tratamiento para cada una de ellas se ha de hacer, en función de cada caso concreto, de manera global, atendiendo todos los aspectos que puedan estar relacionados.

Si padeces de alguna disfunción sexual, sea del tipo que sea, te animamos a que busques profesionales que puedan ayudarte a tratarlo y a ponerle fin en la medida de lo posible. Verás cómo, una vez el tratamiento esté en curso, tu calidad de vida (sexual y no sexual) mejora considerablemente.

En Gynea, mujer sin filtros, tienes un espacio en el que hablar, consultar y dejar todas tus dudas y preguntas sobre este y cualquier otro tema relacionado con la salud de la mujer. Te esperamos, también, en nuestras cuentas de Facebook e Instagram.

Algunas de las fuentes consultadas:

Mayo Clinic

Centro médico Teknon

MedLine Plus

Clínica Salabria

ITAE Psicología