Bolas chinas
Están de moda y se extiende el interés por ellas. Se usan para fortalecer el suelo pélvico, aunque se les atribuye un uso sexual que no todo el mundo conoce. Vamos a hablar de bolas chinas, sus usos y sus beneficios.
Un poco de historia
Las bolas chinas tienen múltiples nombres: “Ben wa”, bolas de Geisha, bolas tintineantes, bolas musicales, Rin no tama, esferas vaginales… Datan del año 500 d.C. y se usaban inicialmente en Japón (y también en China) para satisfacer las necesidades sexuales del emperador de la época. Sus concubinas las llevaban con el objetivo de mantener la lubricación y así estar preparadas para el coito en el momento en que el emperador lo solicitase. Se extendió su uso al resto de Geishas y concubinas por su efecto entrenador del suelo pélvico ya que mejoran la sensación y control de los músculos pélvicos. En la actualidad han vuelto a la fama gracias a ciertos libros y películas que las destacan por uso sexual. Pero además, también empiezan a ser recomendadas por profesionales sanitarios por su enorme beneficio terapéutico.
¿Qué son las bolas chinas y cómo funcionan?
Las bolas chinas son unas esferas que contienen unas pequeñas bolas en el interior. Los materiales con los que están confeccionadas pueden ser muy variados, desde el metal a la cerámica de las primeras bolas que se confeccionaban en Japón. En el momento de adquirir unas, los profesionales recomiendan que sean de un material no poroso e hipoalergénico como la silicona de alto grado médico. El mecanismo por el que funcionan es el movimiento. Al introducirlas en la vagina y estar en movimiento (sentada no te aportará ningún efecto terapéutico), la bolita del interior rebota con la esfera exterior que transmite una pequeña vibración a la pared vaginal y suelo pélvico, y éstos reaccionan con una contracción involuntaria que, progresivamente y mediante su uso continuado, aumenta el tono de éstos. Además, si realizamos ejercicios de Kegel mientras usamos las bolas chinas, conseguimos añadir un trabajo de ejercicio de fuerza a la vez que ejercitamos el tono de nuestro suelo pélvico.
Adicionalmente, aumenta la circulación sanguínea y la lubricación de la vagina, por lo que aumenta la salud y sensibilidad de las paredes vaginales y, en consecuencia, la percepción de las sensaciones en ésta. Es por ello por lo que las bolas chinas mejoran la calidad y duración de las relaciones sexuales y los orgasmos. Aunque cabe destacar que el placer que pueda producir el uso de las bolas chinas, per se, está únicamente asociado a su uso como juguete durante las relaciones sexuales puesto que la vibración que producen las bolas en el interior de la vagina es muy sutil y hay mujeres que ni siquiera la notan.
¿Por qué debería usar (o no) unas bolas chinas?
El especialista en suelo pélvico es quien hace las recomendaciones pertinentes, aunque, por lo general, está indicado en mujeres sanas con un suelo pélvico debilitado debido a la edad, hormonas, deportes de alto impacto o embarazo/s y parto/s. Sobre todo, el uso de bolas chinas ha demostrado ser de gran utilidad en mujeres que experimentan incontinencia urinaria. Recordemos que un entrenamiento con bolas chinas es tan sencillo como llevarlas, todo el trabajo lo harán tu suelo pélvico y las paredes vaginales (pocas veces se obtienen tantos beneficios con tan poco esfuerzo como un paseo).
Pero, atención, no están indicadas para todo el mundo, por ejemplo, están muy desaconsejadas en mujeres con un suelo pélvico demasiado fuerte, ya que el uso de las bolas chinas podría contribuir a la no recomendada hipertonificación de esos músculos.
¿Dónde comprarlas, cuáles debería usar y cómo cuidarlas?
Actualmente un gran abanico de bolas chinas está a la venta en gran cantidad de farmacias, parafarmacias y sex shop, tanto a pie de calle como online. Para escoger las más adecuadas para cada caso, especialistas en suelo pélvico y ginecólogo pueden ayudarnos, sobre todo si vamos a iniciar un tratamiento para corregir algún problema o disfunción.
En general, está indicado el uso de las bolas más ligeras al principio y a medida que se avanza en el entrenamiento añadir bolas adicionales o cambiarlas por otras más pesadas. Es importante que el entrenamiento sea progresivo puesto que, si se empieza con una bola demasiado pesada que no se puede mantener el tiempo mínimo, aparecerá la frustración y abandonaremos el entrenamiento. Existen packs de iniciación que incluyen distintas bolas para usar individualmente e ir combinando su uso a medida que aumenta el tono del suelo pélvico.
El mantenimiento de las bolas chinas dependerá del material que hayamos escogido, aunque ya existen soluciones comerciales higienizantes válidas para la gran mayoría de materiales. Es recomendable limpiar las bolas chinas siempre antes y después de cada uso, eso evitará su deterioro, además de evitar posibles contaminaciones bacterianas que puedan provocarnos alguna infección.
Siempre es aconsejable tener el suelo pélvico fuerte y en óptimas condiciones y, si detectamos alguna disfunción, es recomendable acudir a un especialista de suelo pélvico para que pueda valorar cada caso y hacer sus indicaciones personalizadas.